Reconciliación con la soledad.

¿De donde viene ese desprecio al momento de soledad, ese extraño miedo a estar solo por un breve periodo de tiempo? ¿El miedo a la soledad no deriva del miedo a la libertad?
Debemos aceptar la soledad, respetarla y desearla tanto como la compañía, pues la soledad en la vida es tan importante como la reunión con nuestros mejores amigos, solo que no nos damos cuenta por que estar solo es lo más “común”, y a lo comun lamentablemente le damos poca importancia.
La sociedad nos impone que estar solo es lo peor que te puede ocurrir, la mas terrible de las desdichas. ¿Por qué nos impondrá esto la desinteresada sociedad? ¿Acaso pretenderá que los individuos no piensen?
La presencia y comunicación constante con otras personas impiden la comunicación con nosotros mismos, impide que nos podamos conocer mejor.
La soledad en esta sociedad se asocia con la infelicidad ¿pero no nos da más infelicidad no saber bien lo que queremos? La ignorancia sobre lo que somos es la principal fuente de angustia, intranquilidad y problemas.
¿Cuántas veces elegimos la compañía de cualquier persona antes que la soledad?
¿Acaso las malas compañías no son algo terrible que nos lleva hacia la decadencia y la infelicidad? una gran verdad, es que “es preferible estar solo que mal acompañado”.
Estoy de acuerdo que estar mucho tiempo solo/a es algo terrible y que nos desespera y angustia, pero los momentos de soledad son necesarios, sanos y útiles. Los tendríamos que aceptar con satisfacción, no deben evitarse, pues lo que es sano, nos hace bien y nos permite superarnos no tiene sentido que se esquive.
¿En que momento somos mas libres y mas reflexivos que cuando estamos a solas con nosotros mismos?
El exceso de compañía puede ser tan perjudicial como la extrema soledad, pues la excesiva compañía nos conduce a la disolución de la individualidad, nos convierte en parte de un rebaño. Estar siempre acompañado no nos permite conocernos bien y desarrollarnos plenamente. No nos permite alcanzar la libertad.
Además no somos totalmente auténticos, pues en compañía siempre surge alguna dosis de hipocresía.
No temamos a la soledad, tampoco seamos adictos a ella. La soledad es un componente inevitable de nuestras existencias, no huyamos de ella, no temamos a su fría presencia.
Su compañía es indispensable, para que podamos superarnos, no todo se hace en compañía, las reflexiones mas importantes se hacen a solas con uno mismo y las decisiones mas importantes solo se deben tomar en compañía de ella.
“es mas inteligente irse al desierto cuando estamos angustiados, nos equivocamos o simplemente estamos cansados de la vida que buscar ayuda entre la muchedumbre”
Es mas despreciable un superfluo débil que necesita estar siempre acompañado, que un ermitaño “loco” que no puede estar en compaña de nadie.

Reivindiquemos a la soledad, solo aquellos que aman la soledad, pueden comprender como se la extraña cuando no se la tiene ¡aprender a amar a la soledad es mi consejo, pues de ella nunca se libraran por completo! Ella siempre esta latente, siempre aparece. Por esto aceptemos lo inevitable, tratemos de aprender a amar lo ineludible, es mas deseemos con gusto lo necesario, solo así superaremos el temor a su presencia inminente.
¡El derecho a la soledad, es un derecho que nadie nos puede quitar, luchemos por mantenerlo! No nos dejemos contaminar por los medios de comunicación, ni los consejos de los mediocres y débiles que creen que la soledad es algo terrible que se debe evitar por todos los medios. ¿O creen que la televisión es una buena compañía? -la televisión solo es un analgésico cuando estamos angustiadas o hastiados de la vida, el remedio es una buena dosis de soledad para aclarar lo que queremos y necesitamos. Como la mayoría de los medicamentos tiene un gusto desagradable, pero lo desagradable nos hace bien y nos puede curar de verdad.


Ya sabemos que dios no nos acompaña. Ya hace rato ha muerto solo es una imagen de consuelo, una simple ilusión su presencia (ni el mas creyente puede estar totalmente seguro de su existencia al menos que este ciego). La única compañía que sabemos que tenemos por siempre, pues tenemos la certeza de su existencia, es nuestra oscura y simultáneamente luminosa soledad.

¡Ho Soledad, amada soledad, como te amo y aprecio! tu única amiga fiel que me sigue a todos lados, siempre disponible para escucharme, para aconsejarme es momentos difíciles. Tu que a veces me aburres con tu compañía, pero que si estoy demasiado tiempo sin ti soy capaz de morir por recuperarte. Tú eres mi tesoro soledad, eres la riqueza mas grande que me regalo esta vida, te aprecio tanto querida amiga.
Sin embargo eso no quita que a veces quisiera perderte y necesite alejarme de ti. Pues necesito la compañía de seres mediocres e insignificantes como yo, tú eres tan perfecta que por eso no tienes existencia concreta. ¡Es cierto que todo lo terrenal es imperfecto! tu eres mi otro yo, mi perfecta compañera, con la única que puedo ser completamente sincero. Solo ella conoce todo de mí, pues solo a ella le conté todo, hasta lo más profundo con todos los sombríos detalles. ¡Como soporto vivir aun contigo! y ¡como soportaría vivir sin ti demasiado tiempo!


¡Debemos perder el miedo a la soledad! ¡Estar solos un tiempo no tiene nado de malo, en cambio estar siempre acompañado es perjudicial a la salud, nos lleva a la decadencia y a la dependencia!

¡Debes conocerte a ti mismo para poder superarte! ¡Para esto debes utilizar como herramienta la autorreflexión en compañía de tu eterna compañera!

¡ACEPTEMOS COMO UN REGALO DIVINO NUESTRAS VISITAS AL DESIERTO DE LA SOLEDAD! Estas visitas son las que mas nos iluminaran y ayudaran.

¡Reconciliémonos con nuestra eterna compañera!