El poder de la voluntad es superior a la voluntad del poder de hacernos perder la voluntad.

La vida en si misma no tiene sentido ni valor ni finalidad, solo nosotros a lo largo de nuestra existencia le brindamos un sentido, le damos un valor y le asignamos una finalidad. Todo lo que nos dicen que debe ser la vida, carece de "valor y sentido"; la vida debe ser lo que elijamos que sea.

sábado, 20 de febrero de 2010

Aforismos de François de la Rochefoucauld

 El verdadero amor es como los espíritus: todos hablan de ellos, pero pocos los han visto.

 Perdonando demasiado al que yerra se comete una injusticia con el que no falla

 Cuanto más se ama a un amante, más cerca se está de odiarle.

 Tres clases hay de ignorancia: no saber lo que debiera saberse, saber mal lo que se sabe, y saber lo que no debiera saberse.

 Si no tenemos paz dentro de nosotros, de nada sirve buscarla fuera.

 No hay disfraz que pueda largo tiempo ocultar el amor donde lo hay, ni fingirlo donde no lo hay.

 Si juzgamos el amor por la mayor parte de sus efectos, se parece más al odio que a la amistad.

 Lo que hace que los amantes no se aburran nunca de estar juntos es que se pasan el tiempo hablando siempre de sí mismos.

 La intención de no engañar nunca nos expone a ser engañados muchas veces.

 Ponemos más interés en hacer creer a los demás que somos felices que en tratar de serlo.

 Para tener éxito debemos hacer todo lo posible por parecer exitosos.

 Es necesario tener tanta discreción para dar consejos como docilidad para recibirlos.

 La esperanza y el temor son inseparables y no hay temor sin esperanza, ni esperanza sin temor.

 Conocer las cosas que lo hacen a uno desgraciado, ya es una especie de felicidad.

 Si tuviésemos suficiente voluntad casi siempre tendríamos medios suficientes.

 Los espíritus mediocres suelen condenar todo aquello que está fuera de su alcance.

 El mejor medio de conservar los amigos es no pedirles ni deberles nada.

 La libre comunicación de los pensamientos y las opiniones es uno de los derechos más preciados por el hombre.

 La esperanza, no obstante sus engaños, nos sirve al menos para llevarnos al fin de la existencia por un camino agradable.

 La verdadera prueba de que se ha nacido con grandes cualidades estriba en haber nacido sin envidia.

 Prometemos según nuestras esperanzas y cumplimos según nuestros temores.

 Nunca se tiene la libertad de amar o de dejar de amar.

 Se perdona mientras se ama.

 Los hombres no vivirían mucho tiempo en sociedad si no se engañaran unos a otros.

 Es más vergonzoso desconfiar de los amigos que ser engañado por ellos.

 Si quieres tener enemigos, supera a tus amigos; si quieres tener amigos, deja que tus amigos te superen.

 Más traiciones se cometen por debilidad que por un propósito firme de hacer traición.

 La confianza sirve en las conversaciones más que el ingenio.

 Aunque los hombres se jacten de sus grandes acciones, muchas veces no son el resultado de un gran designio, sino puro efecto del azar.

 Las personas afortunadas se corrigen poco: Creen tener siempre razón mientras la fortuna sostiene su mala conducta.

 Los celos se nutren de dudas y la verdad los deshace o los colma.

 La vejez es un tirano que prohíbe, bajo pena de muerte, todos los placeres de la juventud.

 Como pretendes que otro guarde tu secreto si tú mismo, al confiárselo, no los has sabido guardar.

 La filosofía triunfa con facilidad sobre las desventuras pasadas y futuras, pero las desventuras presentes triunfan sobre la filosofía.

 Cuando nuestro odio es demasiado profundo, nos coloca por debajo de aquellos a quienes odiamos.

 El medio más fácil para ser engañado es creerse más listo que los demás.

 Es más fácil conocer al hombre en general que a un hombre en particular.

 La verdadera elocuencia consiste en no decir más de lo que es preciso.

 La inteligencia no podría representar mucho tiempo el papel del corazón.

 El deseo de parecer listo impide el llegar a serlo.

 Nunca somos tan felices ni tan infelices como pensamos.


 En los celos hay más amor propio que amor.

 Es más necesario estudiar a los hombres que a los libros.

 Hay varias clases de curiosidad: una, interesada, que nos lleva a desear aprender lo que nos puede ser útil; otra, orgullosa, nacida del deseo de saber lo que otros ignoran.



 El daño que hacemos no nos trae tantas persecuciones y odios como nuestras buenas cualidades.

 Hay poca gente lo bastante cuerda que prefiera la censura provechosa a la alabanza traidora.

 El amor propio es el peor de los aduladores.

 Perdonamos fácilmente a nuestros amigos los defectos en que nada nos afectan.

 El silencio es el partido más seguro para el que desconfía de sí mismo.

 No se desprecia a todos los que tienen vicios, pero sí a los que no tienen ninguna virtud.

 No hay accidente, por desgraciado que sea, del que los hombres hábiles no obtengan provecho.

 El verdadero valor consiste en hacer uno sin testigos lo que sería capaz de hacer ante todo el mundo.

 La verdad no hace tanto bien en el mundo como el daño que hacen sus apariencias.

 Confesamos nuestros pequeños defectos para persuadirnos de que no tenemos otros mayores.

 Solemos perdonar a los que nos aburren, pero no perdonamos a los que aburrimos.

 El orgullo, que nos inspira tanta envidia, a menudo nos sirve también para moderarla.

 La adulación es una moneda falsa que tiene curso gracias sólo a nuestra vanidad.

 Cuando no se encuentra descanso en uno mismo, es inútil buscarlo en otra parte.

 Nada impide tanto ser natural como el deseo de parecerlo.

 Establecemos reglas para los demás y excepciones para nosotros.

 No solemos considerar como personas de buen sentido sino a los que participan de nuestras opiniones.

 Para mí, la belleza es la maravilla de las maravillas. Sólo los superficiales no juzgan por las apariencias. El verdadero misterio del mundo es lo visible, no lo invisible.

 Nunca otra cosa damos con tanta liberalidad como nuestros consejos.

 Si una persona parece cuerda es sólo porque sus locuras son proporcionadas a su edad y estado.

 No se debe juzgar a un hombre por sus cualidades, sino por el uso que hace de ellas.

 Ni el sol, ni la muerte pueden mirarse fijamente.

 Hablamos muy poco, excepto cuando la vanidad nos hace hablar.

 Si en los hombres no aparece el lado ridículo, es que no lo hemos buscado bien.

 Los celos nacen del amor, pero no mueren con éste.

 No se elogia, en general, sino para ser elogiado.

 Para hacerse una posición en el mundo, es preciso hacer todo lo posible para hacer creer que ya se tiene.


 “Con algunas virtudes sucede lo que con los sentidos: quienes están
enteramente privados de ellas no pueden descubrirlas ni comprenderlas.”

 “Nadie merece ser elogiado por su bondad si no tiene la energía
necesaria para ser malo; cualquier otra bondad no es más que pereza o impotencia de la voluntad.”

 “Por muchos descubrimientos que hayamos hecho en el país del amor propio, siempre quedarán muchas tierras desconocidas.”

 “No sólo los hombres tienden a perder el recuerdo de los beneficios y de las injurias, sino que incluso odian a sus benefactores y dejan de odiar a quien los ofendió.

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