El poder de la voluntad es superior a la voluntad del poder de hacernos perder la voluntad.

La vida en si misma no tiene sentido ni valor ni finalidad, solo nosotros a lo largo de nuestra existencia le brindamos un sentido, le damos un valor y le asignamos una finalidad. Todo lo que nos dicen que debe ser la vida, carece de "valor y sentido"; la vida debe ser lo que elijamos que sea.

lunes, 7 de diciembre de 2009

Los mediocres.

Los mayores enemigos de toda posible emancipación de la humanidad son los mediocres.
Por mediocre entiendo a todo los seres humanos que creen que son libres, pero son esclavos, que creen que eligen, que son “buenos” y honrados, pero en realidad son los que impiden la sinceridad, la honradez y la bondad. Se caracterizan por su indiferencia, por huir de los problemas, por su cobardía, su gran ignorancia y su falta de voluntad por luchar por un mundo mejor.
Son inconscientes de su mediocridad, de que son enemigos de toda revolución. Es que ni siquiera son concientes de por que son lo que son.
Son esos seres que parecen buenos, obedientes, trabajadores y que no molestan a nadie. Pero el no “molestar a nadie” es lo que los hace tan peligrosos, pues estas características se transforman en un velo que cubre su potencial contrarrevolucionario, es su insignificancia lo que impide ver que son enemigos de los grandes luchadores que siguen los caminos de la libertad.
Los mediocres piensan que tienen libertad, pero en realidad le tienen miedo a la libertad, no incomodan, pero son un gran obstáculo, que actúa como barrera para todo ser que busca alcanzar la liberación. Se conforman con lo que tienen y no tienen grandes pretensiones. Son, en síntesis, los mejores aliados de las clases dominantes y explotadoras y estas clases se dieron cuenta de esto, por eso promueven la mediocridad por lo medios de comunicación (además de utilizar otros medios mas sutiles).
Hacen lo que se “debe hacer, dicen lo que esta bien decir, son ubicados, moralmente correctos, no se “meten en cosas raras” y no se preocupan por lo que no hay que preocuparse, es decir son obedientes y sumisos a lo que establecen los poderosos y nunca se rebelan.
Los mediocres “no pinchan ni cortan” aparentemente no hacen mal nadie, no se meten con nadie, no buscan problemas, no critican, no se meten en política. Se ocupan de sus asuntos y no se meten en lo de los demás. Están resignados y “felices” con su vida insípida. En resumen son las ovejas obedientes que dan su lana a sus pastores y solo piden seguir viviendo sin más ambición que continuar con su mediocre vida y su lamentable bienestar. Creen que aman y son amados ¿pero que saben en realidad de amor los mediocres?
Pero estos seres deberán perecer para que nosotros, los sedientos de libertad, podamos florecer. Cuando digo perecer no me refiero a que deben dejar de vivir, solo me refiero a que deben estos seres dejar de ser mediocres. Es decir deberán dejar de ser lo que son para poder ser libres ellos y nosotros. ¿Después de todo, quien de nosotros alguna vez no fue un mediocre o acaso nacimos críticos y sedientos de la búsqueda por la emancipación? ¿Acaso no estabamos en la caverna y un dia de casualidad encontramos el camino que nos guio hacia la "luz"?
Debemos tomar medidas para que los mediocres dejen de existir en sus contrarrevolucionarias condiciones, para así unirlos a la lucha por la liberación de la humanidad. Debemos luchar por apagar su frialdad y conformismo, despertando así la disconformidad, el malestar oculto, las grandes pretensiones y reivindicaciones, la critica con vistas a la emancipación, etc. Debemos promover y actuar con vistas a derrotar a nuestro peligroso enemigo: la mediocridad. Esta lucha no debe tener compasión, deberá ser tan despiadada o mas que la que ponen en practica las clases dominantes para mantener su poderío. Debemos utilizar todas las herramientas que estén en nuestra disposición para acabar con la mediocridad o nosotros/as nos convertiremos en unos repugnantes mediocres.

2 comentarios:

  1. Iván, te he dejado el comentario en tú correo.
    beso de
    marimar

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  2. Comprendo tu impaciencia, y la comparto, pero esto de la evolución es muuuyyyy lento. Da un pasito p'alante y otro p'tras. Lo cierto es que ya perdí la fe en la humanidad hace mucho tiempo. Solo queda la buena voluntad de aportar mi granito de arena y pasar la antorcha a estusiastas como tú. Un saludo.

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