El poder de la voluntad es superior a la voluntad del poder de hacernos perder la voluntad.

La vida en si misma no tiene sentido ni valor ni finalidad, solo nosotros a lo largo de nuestra existencia le brindamos un sentido, le damos un valor y le asignamos una finalidad. Todo lo que nos dicen que debe ser la vida, carece de "valor y sentido"; la vida debe ser lo que elijamos que sea.

jueves, 10 de septiembre de 2009

Somos inocentes de nuestro ahora.

Nadie es responsable de su existencia, de su modo de ser, de las circunstancias y el ambiente en que se halla. La fatalidad de su ser no puede ser desglosada de la fatalidad de todo lo que fue y será. El hombre no es la consecuencia de un propósito expreso, de una voluntad ni de un fin; con él no se hace una tentativa de alcanzar un “tipo humano ideal” o una “felicidad ideal” o una “moralidad ideal”; siendo absurdo pretender descargar su modo de ser en algún “fin”. Nosotros hemos inventado el concepto “fin”; la realidad nada sabe de fines... Se es, necesariamente, un trozo de fatalidad; se forma parte del todo, se está integrado en el todo; no hay nada susceptible de juzgar, valorar, comparar, condenar nuestro ser, pues significaría juzgar, valorar, comparar, condenar el todo... ¡Mas no existe nada fuera del todo!

_El ocaso de los idolos. filosofia a martillasos. (f. Nietzsche)

Somos inocentes del ahora, Pero a partir del momento que tomamos conciencia de la farsa de la moral, de la justicia y de los castigos. Somos responsables de nuestros actos. Por lo tanto sabiendo a partir de ahora cual es nuestro deber, tenemos una misión : ¡luchar por la Transmutación de valores!

2 comentarios:

  1. Pues sí, nadie nace enseñado al mundo. Todo lo que pensamos, hacemos, decimos…es el cúmulo de lo que nos han enseñado, por consiguiente no es nuestro, es de nuestros educadores.
    Por eso, quién soy? No lo sé. Pero sí sé que no me gusta como es el mundo. Por tanto, quiero uno a mi medida. Y si no puedo cambiar el mundo para que mi vida sea plena y dichosa…no me gusta vivir aquí. Yo no elegí esto, y cuando me he dado cuenta de ello, digo:
    “quiero elegir y no hay nada que me detenga”

    Saludos Ivan
    Marimar

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  2. La pregunta por el fin se instala nuevamente: transmutar valores con qué fin? No es posible salirse de la condición de humano y echar cartas de nuevo. Tenemos consciencia y hasta inconsciente, pero somos irresponsables. Hablamos del mundo como si fuera cosa de otro ¿de Otro? En todo caso ese Otro nos constituye y no somos muy distintos a el.
    Saludos

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